Es una obra de Mateu Barba financiada por la Conselleria de Cultura y Fundació la Caixa
BARCELONA, 14 (EUROPA PRESS)
El Ateneu Barcelonès ha reformado y adecuado el Espai Rogent para ubicar una biblioteca patrimonial en este espacio histórico diseñado por el arquitecto Elies Rogent durante el siglo XIX, ha anunciado este jueves en rueda de prensa el presidente del Ateneu, Jordi Casassas, junto a la consellera de Cultura, Àngels Ponsa.
La recuperación de este espacio, ya culminada, ha sido la solución al espacio finito y al crecimiento constante del fondo bibliográfico de la entidad, “una de las bibliotecas privadas más importantes” de Catalunya, ha destacado Casassas.
El espacio original fue obra del arquitecto Elies Rogent en el siglo XIX, y hasta diciembre de 2019 ha estado ocupado como almacén por el restaurante Moka en régimen de alquiler.
A la presentación del espacio también han asistido también el vicepresidente de la Fundación La Caixa, Juan José López Burniol, y el arquitecto responsable, Mateu Barba.
Las obras han contando con un presupuesto total de 800.000 euros, cofinanciados con los fondos iniciales de la Generalitat y la aportación de la Fundación La Caixa.
Con esta operación, el Ateneu recupera una parte del conjunto del Palau Savassona, que se ha rehabilitado como sala diáfana, con unidad estética y con “la dignidad de un espacio patrimonial” adecuado para la conservación de parte del fondo histórico, según Casassas.
EN EL SUBSUELO DEL JARDÍN
El arquitecto responsable ha explicado que las obras han tenido una dificultad añadida por la ubicación del espacio, debajo de un jardín romántico del siglo XIX que cuenta con unas palmeras muy pesadas.
Después de retirar las palmeras, han podido impermeabilizar el espacio para prevenir de futuras humedades y aclimatar adecuadamente la sala diáfana, pues esta acogerá a partir de ahora un archivo de 40.000 volúmenes, ha detallado Barba.
Mateu Barba se ha mostrado satisfecho con las obras: “Hace años que hacemos obras en el Ateneu y está muy bien construido, tenemos la suerte de recuperar aquello que invertimos”.
La ejecución de las obras, aplazada en enero porque el frío era desfavorable para el traslado de las palmeras y en marzo por la situación sanitaria, empezó el 25 de mayo y acabó a finales de octubre.
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