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El gobernador del Banco de España cree que la economía aún necesita la “respiración asistida” de las políticas públicas

ZARAGOZA, 27 (EUROPA PRESS)

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha subrayado que la economía “todavía necesita la respiración asistida” que suponen las políticas públicas de estímulo impulsadas con motivo de la crisis económica y social generada por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2.

Según ha expuesto, suprimirlas “sería mucho más perjudicial que mantenerlas”. Así lo ha manifestado durante la conferencia que ha pronunciado en Zaragoza sobre ‘La economía española ante la crisis de la COVID-19’, dentro del Ciclo Club Líder, organizado por Fundación Basilio Paraíso, Ibercaja y Cámara Zaragoza.

Hernández de Cos ha apuntado que la política monetaria ha sido fundamental “para mantener condiciones de financiación favorables” y ha destacado la repercusión en los gobiernos, en concreto, en los países más afectados, como España, “con finanzas públicas menos saneadas”, donde, de otra forma, “hubiera sido mucho más difícil” desarrollar políticas públicas “de expansión y apoyo”.

Por lo que se refiere a los estímulos a empresa y ciudadanos, el gobernador del Banco de España ha señalado que ante la diferente forma en cómo la crisis ha afectado a sectores productivos, empresas y población, las ayudas han de focalizarse en quienes “verdaderamente lo necesitan”, perdiendo “el carácter más generalizado del primer momento”.

A su entender, se ha de apoyar en particular a las compañías que presentan una situación de sobreendeudamiento y son viables para evitar el riesgo de que dejen de ser solventes aquellas a las que ha habido que apoyar en su liquidez, debiéndose producir “cuando antes” el ajuste en el caso de las que se sabe “que van a desparecer”.

BENEFICIADOS Y PERJUDICADOS

El gobernador del Banco de España ha puesto algunos ejemplos de cómo la crisis ha beneficiado a unos sectores y perjudicado a otros y ha dicho que en febrero de este año el número de afiliados “efectivos” a la Seguridad Social ha sido un 6,8 por ciento inferior al mismo mes de 2020, si bien en el caso de la hostelería esa cifra se ha elevado a un 50 por ciento, mientras que en sanidad y el sector de las Administraciones públicas se ha incrementado un 4.

También ha indicado que si antes de la pandemia alrededor de un 15 por ciento del tejido empresarial estaba en situación de vulnerabilidad financiera –con un endeudamiento superior a un 75 por ciento de su activo–, ese porcentaje se ha elevado en 2020 a un 20 por ciento, si bien en el caso de la hostelería ha podido llegar a un 40.

Hernández de Cos ha detallado, igualmente, que la destrucción de empleo se ha concentrado especialmente en los trabajadores menos cualificados por lo que es preciso “tener en cuenta la desigualdad que puede generar esta crisis en términos de vulnerabilidad financiera” ya que habitualmente estas personas poseen menos ahorros y menor riqueza neta.

EL SECTOR BANCARIO, PARTE DE LA SOLUCIÓN

El gobernador ha abogado por que el sector bancario “siga siendo parte de la solución y no del problema”, ante una crisis que no ha tenido un componente financiero, algo que ha achacado a su posición de solvencia inicial gracias a la reforma financiera previa, si bien la rentabilidad del sector se ha visto “muy afectada” por las provisiones que ha tenido que dotar.

Según ha evidenciado, las autoridades supervisoras han señalado a estas entidades “que pueden y deben usar los colchones de capital indicados para ello” con el objetivo de reconocer el “deterioro” del crédito “y seguir proporcionándolo a las familias y empresas” y ya “tendrán luego tiempo suficiente para su reconstrucción”.

También ha opinado que el impacto de la pandemia todavía no se ha reflejado de forma “suficiente” en el balance de estas entidades y por eso han de actuar “con extrema prudencia en la política de distribución de dividendos” y anticiparse en reconocer los deterioros “de forma adecuada y oportuna”.

CRECIMIENTO

Pablo Hernández de Cos ha subrayado que la pandemia ha generado una recesión económica a escala global nunca vista y en este primer trimestre de 2021 la actividad está “muy lejos” en todas las economías de alcanzar los niveles previos a la crisis.

En el caso de España, ha recordado que según su última previsión –realizada en marzo–, en 2021 crecerá un 6 por ciento, aunque la horquilla está entre un 7,5 por ciento más optimista y un 3,2 por ciento más pesimista, con un efecto de arrastre positivo para 2022 superior a un 5,3 por ciento y en 2023 sobre un 1,7.

Para la zona euro, el Banco Central Europeo estima un crecimiento del cuatro por ciento en los dos próximos años, logrando alcanzar la situación previa a la crisis el año que viene, mientras que en España esto ocurriría en 2023 “como consecuencia del deterioro mucho mayor que ha sufrido nuestra economía el año pasado”, ha argumentado Hernández de Cos.

TRANSFORMACIONES ESTRUCTURALES

El gobernador ha considerado que en estos momentos se da un “punto de inflexión” desde el punto de vista económico gracias a las vacunas, en el que hay que solucionar los problemas a corto plazo, pero también abordar los retos estructurales “para acompañar a la recuperación”, teniendo en cuenta las “incertidumbres”.

Estas últimas se resumen en cuál será la evolución epidemiológica, que tejido productivo desaparecerá finalmente, qué sucederá con el ahorro acumulado durante la crisis, que hasta el tercer trimestre del 2020 podría llegar a representar 2,5 puntos de PIB en España y cuál será el uso de los fondos europeos Next Generation.

En este contexto, Hernández de Cos ha sostenido que hay que “tratar de identificar con prontitud las transformaciones estructurales generadas por la pandemia” y también atender los retos que existían anteriormente.

Junto a los mecanismos de flexibilidad de que disponen las empresas, ha pedido “poner énfasis en la mejora de las políticas activas de empleo” para facilitar la transferencia de capital humano de los sectores que “queden dañados estructuralmente por la crisis a otros de más futuro”. A su entender, las actuales son ineficaces.

Como retos estructurales previos a la pandemia, ha dicho que es el momento de diseñar el saneamiento de las cuentas públicas, no de ejecutarlo, pero sí de “tomarse con seriedad ese proceso”. Ha recordado que España teniá una deuda pública de un 95 por ciento del PIB antes de la crisis y ahora está en un 120 por ciento.

Además, ha apostado por hacer frente a la baja productividad de la economía española, fruto de un menor dinamismo empresarial por un tejido conformado por pequeñas empresas, con déficit en capital humano y tecnológico, y a los problemas del mercado laboral y “generan efectos muy negativos”, como una tasa de paro elevada y “mayor persistencia en el desempleo”.

También ha mencionado otros retos, como el progresivo envejecimiento de la población y su consecuencia en la sostenibilidad del sistema del bienestar, especialmente en las pensiones, pero también en el sistema sanitario y en el de cuidado de los mayores.

El gobernador ha abogado, asimismo, por políticas presupuestarias y fiscales para desincentivar las actividades más perjudiciales para el medio ambiente y atender a quienes resulten perjudicados por esa lucha contra el cambio climático.

Además, ha pedido atender la desigualdad social, que esta crisis va a incrementar, a través de medidas como el Ingreso Mínimo Vital ya en vigor, pero también favoreciendo el acceso a la vivienda, ahora obstaculizado. El gobernador ha planteado otros retos en el ámbito europeo, como disponer de mecanismos de estabilización pública permanentes, para lo que programa Next Generation podría servir como “embrión”.


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