Ponen el foco en la “alegría” de los movimientos de fondos entre las diferentes sociedades del Grupo Martín Gual
MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Los peritos de la Agencia Tributaria han aseverado este miércoles ante el tribunal que juzga a exdirectivos de Sa Nostra por la operación inmobiliaria de los terrenos de Son Bordoy en Palma de Mallorca que entre sociedades del Grupo Martín Gual se dio un desplazamiento patrimonial de rentas en perjuicio de la que ostentaba la deuda con la caja de ahorros balear. Eso provocó un perjuicio patrimonial, un “agujero”, en la entidad de 63 millones de euros.
Los técnicos han puesto en cuestión además que ese movimiento de fondos intragrupo, en el periodo analizado que va entre 2008 y 2011, se haya realizado a valor de mercado. Y han recalcado que a pesar de que se pueden hacer transferencias entre empresas, si Sa Nostra prestó dinero a Haras –la sociedad creada para desarrollar el proyecto de Son Bordoy– y esta presta ese dinero recibido a otras, debe quedar reflejado como préstamo.
Al hilo, en ese flujo de fondos han añadido que detectaron un “desajuste importante” entre el tipo de interés que paga Haras a Sa Nostra por los créditos y el que recibe esta sociedad de otras empresas, por lo que entienden que de nuevo se da un perjuicio por ese “desajuste”.
En esta vista oral, la Sección Tercera de la Audiencia Nacional, enjuicia a los directivos de Sa Nostra Pablo Dols, Rafael Oliver y Pere Batle, y el empresario Javier Collado –no se va contra el promotor Martín Gual porque falleció–. A todos ellos el Ministerio Fiscal les imputa un delito continuado de apropiación indebida, subsidiario de delito continuado societario, y pide cuatro años de cárcel para cada uno excepto para Collado, para quien interesa dos años y seis meses.
La operación que ha acabado sentándoles en el banquillo data de 2008 cuando la entidad dio el visto bueno a que Martín Gual se quedara con los terrenos de Son Bordoy en Palma de Mallorca, por medio de la subrogación de la deuda de esos terrenos, a cambio de que Sa Nostra le comprara su parte en dos sociedades, Sepik y Paine.
DIFERENCIAS ENTRE PERITOS
Este miércoles, a un día de que las partes se pronuncien sobre sus conclusiones definitivas, los técnicos de Hacienda y otros dos peritos de parte han dejado patente la disparidad de criterios a la hora de evaluar la situación contable de las empresas del grupo que intervinieron en la operación de Son Bordoy y en la de Son Morlà y Son Morlanet –Haras y Nueva Palmira–.
La Agencia Tributaria, a preguntas del Ministerio Fiscal, ha explicado que Haras se constituyó con un capital de 600.000 euros y que tras hacer frente a los primeros pagos pronto se queda con 600 euros, y eso a pesar de que otra empresa del grupo (Sa Font) ya le había inyectado liquidez por valor de 700.000 euros, dinero que provenía por otro lado de una línea de crédito de Sa Nostra. “Luego lo que le inyecta Sa Font no son recursos de Gual sino de una línea de crédito de Sa Nostra”, ha incidido, para luego afirmar que “toda su financiación básicamente procede de préstamos” de la caha de ahorros balear.
Ante esta aseveración, uno de los peritos de parte ha matizado que la financiación entre empresas de un mismo grupo es habitual en el 99% de las sociedades, a lo que el técnico de Haciendo le ha respondido que es así pero que debe haber un reflejo contable y mercantil de esos desplazamientos, algo que no se da en este caso.
“Haras es la que asume riesgo inmobiliario frente a Sa Nostra, y es la que acaba produciendo el agujero en Sa Nostra, y hace fluir dinero al resto de grupo”, ha explicado, añadiendo que “esa alegría de mover el dinero sin reflejo contable” en la práctica fiscal “no da lo mismo”.
Así, han explicado que ese agujero de 63 millones de euros en la caja es por Haras y Nueva Palmira, y han indicado que se ha dado un perjuicio patrimonial para Sa Nostra “y por tanto para el Estado” y para la sociedad.
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