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Identifican cinco formas de animar a los ricos a usar su influencia para hacer frente al cambio climático

MADRID, 30 (EUROPA PRESS)

Una nueva investigación, publicada en la revista ‘Nature Energy’, identifica cinco formas en las que las personas de alto nivel socioeconómico tienen un impacto desproporcionado en las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y, por tanto, una responsabilidad desmesurada para facilitar el progreso en la mitigación del cambio climático.

En su papel de consumidores, inversores, modelos de conducta, participantes en organizaciones y ciudadanos, las personas de este grupo pueden ayudar a configurar las opciones disponibles para ellos mismos y para los demás, proporcionando opciones que agravan o mitigan el cambio climático.

La mayor parte de las investigaciones sobre cómo podemos reducir nuestro impacto climático se han centrado en cambiar el comportamiento de consumo de las masas: reciclar y apagar las luces en casa, por ejemplo. Los autores afirman que hay que centrarse en encontrar formas de motivar a las personas de alto nivel socioeconómico para que cambien muchos tipos de comportamientos, porque lo que hacen puede tener un impacto mucho mayor en las emisiones de carbono.

El estudio define el estatus socioeconómico alto como la posición de una persona en la estructura de la sociedad, incluyendo no sólo su riqueza e ingresos, sino también sus “recursos sociales”, que incluyen la clase social, la ocupación y la red social. Abarca un espectro de personas mucho más amplio que el de los superricos, incluyendo a todos los que tienen unos ingresos anuales de 109.000 dólares (unos 94.000 euros) o más.

“Las personas de alto nivel socioeconómico no son sólo las que tienen más dinero, sino las que tienen redes sociales más fuertes. Sus conexiones pueden permitirles influir en los comportamientos y las políticas para ayudar a mitigar el cambio climático, y tenemos que encontrar la manera de animarles a hacerlo”, señala el doctor Kristian Nielsen, investigador postdoctoral del Departamento de Psicología de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y primer autor del artículo.

“Al decir que son sólo los superricos los que tienen que cambiar su comportamiento, ignoramos el poder que tienen los demás para ayudar a atajar el cambio climático a través de su influencia”, añade.

El impacto climático de los viajes en avión es ya bien conocido, pero más del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los vuelos son causadas por sólo el 1% de la población mundial. El estudio subraya la necesidad de cambiar las normas sociales asociadas a los vuelos frecuentes -por lo general de personas de alto nivel socioeconómico-, pero también de mirar más allá de su papel como consumidores.

“Las personas de alto nivel socioeconómico también podrían actuar como modelos, tomando decisiones más respetuosas con el clima que influyan en los demás, por ejemplo, conduciendo coches eléctricos o llevando una dieta vegana. No es necesario tener grandes ingresos para ser un modelo a seguir, sólo hay que estar bien conectado”, afirma Nielsen.

Las inversiones también ofrecen una oportunidad para que las personas de mayor nivel socioeconómico mitiguen el cambio climático. Aunque la atención se ha centrado en alejar la inversión de los grandes fondos de pensiones de las empresas de combustibles fósiles, los investigadores afirman que las carteras de inversión de los particulares -sobre todo los que tienen una inmensa riqueza- también pueden tener una influencia muy significativa.

Además, los individuos de alto nivel socioeconómico -ya sean propietarios o empleados- pueden contribuir a mitigar el cambio climático a través de sus organizaciones, por ejemplo, cambiando los proveedores, la cultura empresarial y las inversiones.

Y como ciudadanos, las personas de alto nivel socioeconómico disponen de redes que les ayudan a organizar movimientos sociales y a acceder mejor a los políticos y a los responsables de la toma de decisiones. Sus recursos financieros también ayudan: hacer donaciones contribuye a allanar el camino para avanzar en el cambio social.

“Nuestro estudio se centró en las personas de alto nivel socioeconómico porque han generado muchos de los problemas de la dependencia de los combustibles fósiles y el cambio climático asociado, que afectan al resto de la humanidad. Y también están bien posicionados para hacer algo al respecto”, subraya Nielsen.

Según apunta, “cuando ciertas personas cambian su comportamiento por el bien del clima, esto puede tener efectos indirectos que van más allá de los efectos de la persona promedio, y conducir a un cambio sistémico”.


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