MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) apoya la reducción en un 30% de la proporción de personas expuestas crónicamente al ruido del transporte para el año 2030 que recoge el plan ‘Hacia una contaminación cero del aire, el agua y el suelo’ de la Unión Europea.
Las emisiones sonoras de todas las categorías de vehículos han disminuido en los últimos diez años debido, entre otros factores, a las normas de emisiones, la tecnología, mejores métodos de ensayo y los valores límite.
Según un estudio de la asociación sobre la base de hipotéticas reducciones de los límites, la mejora del nivel sonoro global para el ruido ambiental en 2040 en relación con la normativa vigente sería de 0,7 decibelios en las zonas urbanas.
Pese a ello, ACEA ha señalado que la penetración en el mercado de los vehículos más nuevos y otras medidas alternativas, como los tipos de carretera y los límites de velocidad, influirían en el ruido de forma mucho más significativa que una reducción de los valores límite en la segunda mitad de la década de 2020.
El objetivo de las posibles disminuciones futuras sería mitigar aún más el ruido del tráfico en el mundo real, sobre todo en las situaciones y lugares en los que las personas se ven significativamente afectadas por las emisiones de ruido.
El estudio concluye que existen otras opciones y medidas con un potencial mucho mayor para reducir los niveles sonoros en condiciones reales. En las zonas en las que se requiere una reducción más significativa de los niveles de ruido, la mejora de la superficie de la carretera puede suponer un mayor beneficio.
Asimismo, la asociación europea ha defendido la posibilidad de aplicar las medidas a nivel local en áreas críticas con graves problemas de emisión de ruido.
Por último, el estudio sugiere que las medidas que disminuyen el rumor ambiental deben reflejarse en las herramientas de evaluación del ruido, denominados mapas de ruido. Los avances tecnológicos hacia vehículos más silenciosos no se tienen en cuenta en las herramientas de elaboración de estos mapas.
Como resultado, los mapas tienden a estimar las fuentes de sonido como más fuertes de lo que son en realidad. Esto afecta a la penetración en el mercado y a los cálculos de crecimiento, lo que lleva a la conclusión “incorrecta” de que el aumento del tráfico supondrá un aumento del ruido.
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