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España ha experimentado la mayor disminución de productividad en la OCDE desde 2018, a pesar de que el Salario Mínimo Interprofesional ha aumentado un 47%

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MADRID, 29 (SERVIMEDIA)

La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) ha destacado que España ha sido el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el que más se ha reducido la productividad desde 2018 (-3,8%), mientras que el salario mínimo interprofesional (SMI) se ha incrementado en este lustro en un 46,8%.

Esta es una de las conclusiones de un estudio que Cepyme ha realizado para abordar el impacto de la evolución de los salarios en las empresas españolas, en el que pone de relieve que, mientras el país ha perdido 3,8 puntos de productividad, los Estados de la OCDE la han subido, de media, un 4,6%.

Pese a que las grandes economías europeas comparten la problemática de sufrir un descenso de su productividad en los últimos años, esta situación se acentúa en el caso español, registrando un decremento más acuciado que Italia (-0,2%), Francia (-0,5%) o Alemania (-1,7%). Además, con esta tendencia, España se aleja de la senda de otras economías europeas que sí han obtenido ganancias de productividad desde 2018, como Portugal (4,6%), Dinamarca (5,3%), Suecia (4%) o los países bálticos, que han contado con tasas cercanas o superiores al 10%.

De hecho, el estudio señala que la productividad de las pymes españolas se sitúa en el mismo nivel que en 2015 y un 9,6% más baja que en 2009, después de registrar una caída interanual en el segundo trimestre de este año del -0,7%, último dato disponible.

“Aunque el menor tamaño de la empresa española explica buena parte de su menor productividad, las compañías están sufriendo un fuerte aumento de costes que les obligan a destinar cada vez más recursos al margen de la inversión, rúbrica fundamental para mejorar su productividad”, explica Cepyme.

COSTES TOTALES

Dicha patronal añade que los costes totales que soportan las pymes se encuentran un 19,3% por encima del nivel de hace dos años, mientras que las ventas registradas sufren una “clara desaceleración”, situación que marca un estrechamiento de sus márgenes.

Entre los gastos, destaca el alza sostenida de los costes laborales totales, que acumulan en la pyme ocho trimestres seguidos con crecimientos interanuales de al menos el 5%, algo que no ocurría desde 1994. Por tamaño de empresa, en el caso de los costes laborales, el alza registrada en el segundo trimestre fue del 12,6% en las pequeñas empresas y del 9,2% en las medianas.

La política de subida de los costes laborales se ha visto marcada por alzas continuadas de las cotizaciones sociales durante los últimos cinco años. Desde 2018, las bases mínimas de cotización han crecido cerca de un 50% y las máximas, un 18,5%. Además, por primera vez en 40 años han subido los tipos de cotización, lo que, según esta patronal, “lastra el crecimiento y la productividad de las pymes”.

En el mismo periodo en el que el conjunto de la economía española ha registrado la caída de productividad mencionada, el SMI ha subido un 46,8%. Un incremento incluso por encima de la evolución de los precios, de hecho, 30 puntos porcentuales por encima de la inflación.

Además, a escala mundial, España es el segundo país en aumento nominal del SMI de entre los más avanzados, pese a ser la economía en la que peor evolucionó la productividad entre 2018 y 2023, de acuerdo con los datos de Cepyme.

Al respecto, esta patronal avisa de que ello sucede “en un entorno macroeconómico adverso, en el que las subidas de costes se ven acompañadas de un incremento de gastos financieros y una restricción del crédito, a la par de una ralentización de la actividad que dibuja una recuperación desigual por sectores”.


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