BURGOS, 26 (EUROPA PRESS)
La brecha de género se ha intensificado en el medio rural, según un estudio elaborado por CaixaBank, que señala que la precariedad laboral de la mujer se ha acentuado en este entorno debido, entre otras cuestiones, a una temporalidad del 60,9 por ciento, frente al 52 por ciento de los hombres rurales.
La presentación de este informe ha tenido lugar en la Casa del Cordón y ha contado con la participación e la directora territorial de CaixaBank en Castilla y León, Belén Martín; la directora de Cultura y Desarrollo Directivo de la entidad, Anna Quirós; y el director de AgroBank, Sergio Gutiérrez.
También han participado la consultora de Economía Aplicada de Afi, Verónica López, y la directora general de Mujer de la Junta de Castilla y León, María Victoria Moreno Saugar.
El documento fija, además, la tasa de precariedad en el 13,9 por ciento en el caso de ellas, mientras que la de los hombres que desempeñan su labor en el medio rural apenas supera el cinco por ciento.
Estos datos, tal y como refleja el estudio de CaixaBank, sitúan a España en las últimas posiciones de Europa en cuanto a inclusión de talento femenino en el mercado laboral, siendo el quinto país con la tasa de actividad rural femenina más baja, un 73 por ciento.
RANKING EUROPEO
En el ranking europeo, asimismo, España es el tercer país con la tasa de empleo rural femenino más reducida, un 64 por ciento, y el segundo país con una mayor tasa de paro femenino en el medio rural, con casi un trece por ciento.
Si las estadísticas se comparan con las de los hombres que desempeñan su labor en el entorno rural, las mujeres dedican dos horas y siete minutos más al día a los cuidados del hogar y la familia.
En el caso del sector primario, llama la atención que de los 1,6 millones de personas empleadas en exportaciones agrarias, el 65,4 por ciento son hombres y que por cada mujer en una posición de liderazgo, hay tres hombres.
El estudio de CaixaBank ve en el teletrabajo una oportunidad para revertir la despoblación y para combatir algunos de los problemas laborales que arrastra el entorno rural.
En este sentido, pone de relieve cómo el retorno de personas a los pueblos, especialmente mujeres, supondría un importante impacto económico de carácter positivo para las provincias.
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